La cerámica de Baeza es una de las grandes manifestaciones de la tradición artesana jienense, y sin duda una de sus señas de identidad, pues se remonta muchos siglos atrás. Las primeras referencias conocidas hablan del siglo XV, aunque fue un par de centurias después cuando empezó a proyectar una serie de detalles propios muy definidos que caracterizaron a la cerámica de la ciudad.

Como se detalla en el libro ‘Aproximación al estudio de la desaparecida cerámica de Baeza’, de Juan Antonio Lechuga y Francisco García Montoro, las primeras referencias de oficios en Baeza, hacían ya referencia a la existencia de alfares y ceramistas. En ese tiempo, en torno al año 1600, el estudioso detalla que la cerámica de Baeza tenía claras influencias de la tradición morisca, y empiezan a definirse algunos de los rasgos que caracterizarán a la cerámica baezana, como es el uso del azul cobalto, los diseños geométricos, etc. Las investigaciones realizadas en este estudio hacen pensar que lo alfares baezanos estuvieron situados en barrios como San Pedro o San Vicente.

Cerámica baezana del siglo XVII

Y precisamente en esa cerámica tradicional es donde se inspira parte de la colección que nace de nuestro taller. Las piezas de Pepa Moreno surgen tras investigar ese legado cerámico baezano, especialmente las manifestaciones del siglo XVII, y conseguir recuperar ese color característico de la época, el azul cobalto. Y es que ese color, junto a las figuras geométricas o las formas vegetales, son señas de identidad de la cerámica que se elaboraba en Baeza hace 400 años. Así perviven esas jarras, tazas, alcuzas, botijos, quemadores, platos, morteros o lebrillos; si bien hoy en día destinados a una función decorativa más que al uso doméstico al que estaban destinados en el siglo XVII. Lo habitual en aquella época es que ese menaje doméstico tuviera el color de la arcilla o el barro, pues las cerámicas que se decoraban estaban destinadas a familias más pudientes que podían costear esos ornamentos que encarecían las piezas.

El azul cobalto

Ese color tan característico de esta cerámica baezana, el azul cobalto, clava sus orígenes en el Egipto del siglo XV a. C., tras extraer el material de diferentes minerales que contenían este cobalto. Sin embargo al ser un mineral escaso no se generalizó su uso hasta el siglo VII en China, y en países de influencia musulmana a partir del siglo IX. En el Levante español comenzó a usarse en alfares a partir del siglo XIV. El cobalto se obtiene de minerales de diversos aspectos y colores, como la eritrina, la asbolana, la cobaltita o la eskuterudita.

El taller de Pepa Moreno está declarado Punto de Interés Artesanal por la Junta de Andalucía desde 2017. Parte de ese reconocimiento procede de esa investigación realizada que se ha materializado en piezas decoradas de manera manual siguiendo esas referencias del siglo XVII. Por esta razón la mera acción de curiosear entre las diferentes piezas que se encuentran en la tienda del taller puede ser una experiencia llena de aprendizaje. ¿Te animas a visitarnos?

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